Esta segunda temporada esta llena de sentimientos encontrados. Es un no parar y se nota que es la continuación de una serie.

No hay nada de relleno y nos han metido de todo en tan pocos capítulos que es admirable. Es una obra de arte que se supera por si sola, merecedora de mucho más reconocimiento y sobre todo por lo que la historia nos quiere contar y debo destacar también las increíbles actuaciones.

Nuevamente nos habla sobre los abusos en el servicio militar y de lo mal que gestionan ciertas cosas, la manera que lo normalizan y lo ocultan para quedar ellos como los buenos. Se ha centrado en lo principal que es el servicio militar y si hay otra temporada, como dije en mi otra reseña, espero que profundicen en los problemas familiares del protagonista.

Mencionando a Junho, es un personaje que ha tenido un desarrollo grandísimo, me encanta verlo en pantalla y como su personalidad se va desarrollando y de sus errores va aprendiendo. Su empatía hacia los demás que hace llevarlo por todo este trayecto. Como se sale de la norma e intenta mejorar poco a poco algo que no está para nada a su control.

Estoy muy orgullosa de esta producción, de este guión, soundtrack y de su reparto tan brillante.

Deseando ver una tercera temporada.