La única razón por la que comencé a ver este drama es Jung Kyung Ho, mi actor favorito desde que le vi por primera vez en Beating Again…y no he parado desde entonces de disfrutar, incluso varias veces, de sus dramas.
No sabía absolutamente nada ni de la historia (aparte de que se basaba en “Fausto”), ni en general del resto de los actores, aunque sí había visto a Park Sung Woong en Life on Mars, y me había encantado el bromance entre él y Jung Kyung Ho, así que esto era otro plus.
Tengo que admitir que ha sido una experiencia diferente. Es una historia sobre personajes, sobre humanos, sobre sueños, y sobre por qué nunca hay que rendirse ante lo que se quiere, aunque sea terriblemente difícil. Y también habla sobre cómo somos los humanos cuando no parecemos humanos, cómo apreciar a las personas que están a nuestro alrededor… y que las cosas que nos pasan no son blancas y negras, sino que hay infinidad de matices de grises y debemos ser capaces de adaptarnos según vayan llegando a nuestra vida.
Como decía, ha sido una experiencia diferente, porque aunque el formato de 16 capítulos era el habitual, no sé por qué, pero no tengo la sensación de haber visto una serie, sino más bien la historia de varias vidas que se fueron cruzando hasta depender las unas de las otras, y todo eso como si fuera una película.
La música es fantástica. Confieso que no soy fan de que los actores tengan que cantar, y a pesar de mi adoración por Jung Kyung Ho, no es lo que mejor se le da, pero es verdad que en este drama ha mejorado bastante desde I’m sorry, I love you… y las canciones de Sondia, que en el drama canta el personaje femenino principal, me han encantado.
No sé si la veré otra vez… es posible, pero por el momento me basta con escuchar la banda sonora una y otra vez.
No sabía absolutamente nada ni de la historia (aparte de que se basaba en “Fausto”), ni en general del resto de los actores, aunque sí había visto a Park Sung Woong en Life on Mars, y me había encantado el bromance entre él y Jung Kyung Ho, así que esto era otro plus.
Tengo que admitir que ha sido una experiencia diferente. Es una historia sobre personajes, sobre humanos, sobre sueños, y sobre por qué nunca hay que rendirse ante lo que se quiere, aunque sea terriblemente difícil. Y también habla sobre cómo somos los humanos cuando no parecemos humanos, cómo apreciar a las personas que están a nuestro alrededor… y que las cosas que nos pasan no son blancas y negras, sino que hay infinidad de matices de grises y debemos ser capaces de adaptarnos según vayan llegando a nuestra vida.
Como decía, ha sido una experiencia diferente, porque aunque el formato de 16 capítulos era el habitual, no sé por qué, pero no tengo la sensación de haber visto una serie, sino más bien la historia de varias vidas que se fueron cruzando hasta depender las unas de las otras, y todo eso como si fuera una película.
La música es fantástica. Confieso que no soy fan de que los actores tengan que cantar, y a pesar de mi adoración por Jung Kyung Ho, no es lo que mejor se le da, pero es verdad que en este drama ha mejorado bastante desde I’m sorry, I love you… y las canciones de Sondia, que en el drama canta el personaje femenino principal, me han encantado.
No sé si la veré otra vez… es posible, pero por el momento me basta con escuchar la banda sonora una y otra vez.
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