Tengo una relación complicada con las historias donde hacen villana a la víctima, cada vez me gusta menos que sea ella la que deba aprender la lección al final.
Umine es una adolescente solitaria, con una dura vida familiar, que cree que todos la odian por su apariencia. Si bien ella es agresiva hacia las personas que quieren acercarse, eso no les da derecho a los demás de molestarla y hablar sobre ella. Sus compañeros de clase son tan falsos, pasan de tratarla mal a tratarla bien cuando se convierte en parte de los chicos populares. Aunque, por la forma en que trataron la historia, nunca pude sentir mucha empatía por ella.
El personaje que más me gustó fue Kaga Shunpei, el eterno mejor amigo de la dulce Ayumi Kohinata, es un chico muy amable y adorable.
Lo que menos me convenció fue el episodio final. Todo se resolvió muy rápido, no hubo grandes consecuencias para ningún personaje y nadie nunca se dio cuenta de todos esos suicidios.
La moraleja del dorama es que lo importante es lo que está dentro y no cómo luce una persona. Muy bonito y todo, pero creo que con este tipo de tramas se debería empezar a hacer notar que hay todo un sistema que establece lo qué es atractivo y lo que no, y eso se debe destruir.
El mensaje que más me gustó fue este porque siempre puedo identificarme con él: basta con una persona que te aprecie y apoye realmente para poder sentir un poco más ligero el peso que cargas.
Umine es una adolescente solitaria, con una dura vida familiar, que cree que todos la odian por su apariencia. Si bien ella es agresiva hacia las personas que quieren acercarse, eso no les da derecho a los demás de molestarla y hablar sobre ella. Sus compañeros de clase son tan falsos, pasan de tratarla mal a tratarla bien cuando se convierte en parte de los chicos populares. Aunque, por la forma en que trataron la historia, nunca pude sentir mucha empatía por ella.
El personaje que más me gustó fue Kaga Shunpei, el eterno mejor amigo de la dulce Ayumi Kohinata, es un chico muy amable y adorable.
Lo que menos me convenció fue el episodio final. Todo se resolvió muy rápido, no hubo grandes consecuencias para ningún personaje y nadie nunca se dio cuenta de todos esos suicidios.
La moraleja del dorama es que lo importante es lo que está dentro y no cómo luce una persona. Muy bonito y todo, pero creo que con este tipo de tramas se debería empezar a hacer notar que hay todo un sistema que establece lo qué es atractivo y lo que no, y eso se debe destruir.
El mensaje que más me gustó fue este porque siempre puedo identificarme con él: basta con una persona que te aprecie y apoye realmente para poder sentir un poco más ligero el peso que cargas.
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