Durante los primeros episodios pensé que no había sido una buena idea empezar este drama, aunque sólo tomó un poco acostumbrarme al tono de la historia (puede llegar a ser muy boba e incongruente) y empecé a disfrutarla.

A pesar de que los giros dramáticos de la recta final no fueron de mi agrado, los personajes se ganaron mi cariño, protagonistas y secundarios, y me alegró pasar 30 episodios junto a ellos.

La relación principal tiene una de mis tropas favoritas: rivals to lovers. Adoré cómo se desarrolló y que durante toda la historia siguieran con esas discusiones bobas que terminan en coqueteo. Pasan por varias etapas, rivales, compañeros, socios, amigos, posible pareja... Quienes los interpretan de verdad lograron que sonriera cada vez que los personajes tenían interacciones dulces y que me derritiera por lo adorable que podían ser.

No es un drama que se tome muy en serio, tiene muchas inconsistencias, comentarios tontos y drama telenovelero que después se resuelve de lo más fácil, pero me quedo con los bonitos personajes y relaciones (románticas y de amistad) que nos regalan.

Además de los outfits de la protagonista y los detalles que hacían que se sintiera más real (como su obsesión con Bob Esponja). En realidad, casi todo sobre Qingqing me gustó, su perseverancia, talento, ingenio y que dejara bien claro que ella no necesitaba un príncipe que la rescatara.

Me quedaron debiendo con la pareja secundaria, esperaba ver mucho más de ella y de los personajes individualmente. Hubiera amado un momento donde Fangfang finalmente se sintiera segura de sí misma frente a quienes la molestaban. También esperaba algún tipo de redención para la villana, que se diera cuenta de lo incorrecto de sus acciones y se quisiera más a sí misma.

Gu Nanxi, sin duda, es el personaje más agradable y maduro. Apoyó a sus mejores amigos, a pesar de que sus sentimientos también estaban en juego. Es el tipo de amigo que siente felicidad por tu felicidad.