Es un drama maravilloso centrado en Shen Ruoxin, una mujer a la que otros critican y tratan de derribar por hacer bien su trabajo y desear superarse profesionalmente, en lugar de casarse y tener hijos.
Ruoxin es inteligente, profesional, amable y con hambre de conocimiento. Lo que más desea es llegar a sus objetivos por sus propias habilidades. Nunca tiene la necesidad de atacar a quienes la quieren destruir, simplemente deja que su trabajo hable por sí solo. Sin duda, fue mi personaje favorito. La manera en que se expresa, respetuosamente, pero dejando sus puntos claros, me fascina. Sabe lo que quiere, la forma en que desea obtenerlo, sin depender de nadie más que de ella misma.
El romance avanza despacio, pero a paso seguro, y no decepciona con escenas adorables de una relación donde ambos ponen de su parte para darse apoyo y hacerse sonreír. Ruoxin y Xiao caen poco a poco por el otro, con la convivencia que tienen al trabajar juntos, empiezan a admirarse mutuamente hasta que el aprecio se convierte en algo más.
Una de las tramas secundarias es sobre la mejor amiga de Ruoxin, que tiene problemas con su marido cuando éste habla de tener un hijo, aunque ambos habían acordado años atrás que eso no estaría en sus planes nunca. A pesar de que varias veces pensé en gritarle que dejara al marido, la historia es muy madura, con ambos hablando y dándose cuenta en qué momento del camino se perdieron y cómo pueden seguir adelante.
Otra trama secundaria es con un par de amigos y compañeros de la pareja principal. Ella, una completa dulzura de pies a cabeza, lo motiva para ser valiente y seguir con sus sueños.
Por último, necesito hablar de mi relación amor-odio con la madre de Ruoxin. Esa mujer sabe ser desesperante cuando se trata de influir en la vida de su hija, sin embargo, la ama como nadie más y no quiere partir sin estar segura que alguien estará para cuidar a Ruoxin. Terminé queriéndola, en especial porque la actriz tiene un encanto especial que me sacaba carcajadas sin intentarlo mucho.
Esta historia ha elevado mis estándares para los dramas chinos.
Ruoxin es inteligente, profesional, amable y con hambre de conocimiento. Lo que más desea es llegar a sus objetivos por sus propias habilidades. Nunca tiene la necesidad de atacar a quienes la quieren destruir, simplemente deja que su trabajo hable por sí solo. Sin duda, fue mi personaje favorito. La manera en que se expresa, respetuosamente, pero dejando sus puntos claros, me fascina. Sabe lo que quiere, la forma en que desea obtenerlo, sin depender de nadie más que de ella misma.
El romance avanza despacio, pero a paso seguro, y no decepciona con escenas adorables de una relación donde ambos ponen de su parte para darse apoyo y hacerse sonreír. Ruoxin y Xiao caen poco a poco por el otro, con la convivencia que tienen al trabajar juntos, empiezan a admirarse mutuamente hasta que el aprecio se convierte en algo más.
Una de las tramas secundarias es sobre la mejor amiga de Ruoxin, que tiene problemas con su marido cuando éste habla de tener un hijo, aunque ambos habían acordado años atrás que eso no estaría en sus planes nunca. A pesar de que varias veces pensé en gritarle que dejara al marido, la historia es muy madura, con ambos hablando y dándose cuenta en qué momento del camino se perdieron y cómo pueden seguir adelante.
Otra trama secundaria es con un par de amigos y compañeros de la pareja principal. Ella, una completa dulzura de pies a cabeza, lo motiva para ser valiente y seguir con sus sueños.
Por último, necesito hablar de mi relación amor-odio con la madre de Ruoxin. Esa mujer sabe ser desesperante cuando se trata de influir en la vida de su hija, sin embargo, la ama como nadie más y no quiere partir sin estar segura que alguien estará para cuidar a Ruoxin. Terminé queriéndola, en especial porque la actriz tiene un encanto especial que me sacaba carcajadas sin intentarlo mucho.
Esta historia ha elevado mis estándares para los dramas chinos.
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