La razón por la cual comencé a ver este j-drama fue solamente por Ryō Nishikido, sin embargo, una vez que la trama empezó a desarrollarse me quedé impactada porque trató temáticas que creo que son considerados un tabú en varios países asiáticos (incluso aún en algunas regiones de Latam). Temas como la violencia doméstica, la disforia de género, la transexualidad, homosexualidad, machismo y aborto. Me parece muy adelantado para su época.
Sin dudas, un j-drama que todos deberían ver al menos una vez. Las actuaciones son impecables.