La verdad es que la serie cumple su función que es entretener.

Sin embargo, su trama se podría haber aprovechado muchísimo más. Siento que toda la historia principal fue siempre un ida y vuelta de los protagonistas ocultando cosas el uno del otro, lo que resultaba en que la serie se volvía repetitiva. Uno ocultaba, el otro lo descubría, lloraba, se reconciliaban y así hasta el matrimonio.
La pareja secundaria fue mi favorita hasta determinado capítulo, porque no sabía cual era el motivo de que estén distanciados. A pesar de que desde el principio no sabíamos si estaban juntos, eran amigos, o cuál era su relación. Mientras pasaban los capítulos más intrigada estaba por saber el porqué de que Hia Yi no le prestara atención a Kon-Diao. En determinado momento todo se soluciona mágicamente.
En algunos aspectos sentí que la dirección respecto a la actuación estaba muy forzada para hacerla entrar en estándares más cercanos a un manga, determinadas pausas que no siento que pertenezcan dentro del ritmo tailandés (tomar con pinzas). Es difícil explicar este punto, pero cuando Kuea lloraba, el ángulo de la cámara, las pausas entre palabras, etc desentonaba con el talento previo que había demostrado el actor. Lo mismo pasa con Kon-Diao.

La serie carece completamente de desarrollo de personaje. Pero la cinematografía estuvo muy buena.